El estado Carabobo cuenta con una red de autopistas y carreteras que comunica a la ciudad de Valencia y municipios de la entidad con los estados Aragua, Cojedes, Guárico y Yaracuy. Estas vías de acceso son la Autopista Regional del Centro (ARC), también denominada autopista Caracas–Valencia y que es la más transitada del país, conecta con Maracay y permite el acceso a los municipios Diego Ibarra, San Joaquín y Guacara. En el tramo del distribuidor San Blas se enlaza con las autopistas Circunvalación Sur, Circunvalación Este, Valencia-Puerto Cabello, la variante Bárbula-Guacara, la autopista Valencia- Güigüe y eventualmente con la carretera Panamericana y la Morón-Coro.

Los usuarios circulan por estas autopistas y carreteras en medio de la incertidumbre de llegar ilesos a sus destinos. Las malas condiciones de las vías -huecos, desniveles e irregularidades en el pavimento, escaso alumbrado, maleza, árboles sin podar y poca presencia policial en resguardo de la seguridad- propician el escenario perfecto para sufrir un accidente o percance con los vehículos. También para ser víctimas de las bandas delincuenciales dedicadas al robo y secuestro que operan y dominan el territorio.

Los delincuentes utilizan diversos modos operandi para captar a sus víctimas, tales como colocar “miguelitos” en la vía que dañan los neumáticos de los vehículos, lanzar piedras y objetos contundentes contra los carros particulares o unidades de transporte público, con el único propósito de que los conductores pierdan el control y se produzca un accidente. Según reportes, las bandas también instalan alcabalas falsas, se esconden en la maleza y el monte alto, desde donde disparan con armas de fuego.

Todas estas acciones buscan que los conductores se vean obligados a detenerse para luego someterles con armas de fuego y así despojarles de sus pertenencias o su medio de transporte. Ante cualquier resistencia les disparan, ocasionándoles heridas en el cuerpo e incluso la muerte. En ocasiones los conductores aceleran para evadir a los delincuentes, pero no siempre logran librarse de los ataques.

El clima de inseguridad y violencia al que están expuestos los ciudadanos que deben transitar por estas vías, viola el derecho a la vida y la seguridad personal, así como el derecho a circular libremente por el territorio de un Estado; derechos contemplados en los artículos 3 y 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

El mantenimiento y resguardo de la seguridad de las vías públicas, autopistas y carreteras son competencia del Estado y las autoridades gubernamentales en las regiones deben proveer la seguridad de los ciudadanos que por ellas transitan. Al respecto, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en el artículo 55, establece que “toda persona tiene derecho a la protección por parte del Estado a través de los órganos de seguridad ciudadana regulados por la Ley, frente a situaciones que constituyan una amenaza, vulnerabilidad o riesgo de integridad física de las personas o sus propiedades”.

En enero de 2018, autoridades gubernamentales informaron, a través de declaraciones a los medios de prensa regional y en redes sociales, sobre la activación de los peajes en las autopistas de la entidad y que el dinero recabado en ellos se destinaría a reparaciones de la vialidad, un mejor servicio y proveer de seguridad a los conductores con la adquisición de patrullas, motos, grúas, ambulancias y cámaras de video. Sin embargo, los asaltos a transportistas y ciudadanos en vehículos particulares, perpetrados por miembros de bandas delictivas en las diferentes autopistas y carreteras, persistieron hasta finales del año 2020.

Los hechos de violencia y criminalidad que viven los conductores que transitan por las vías de acceso de la entidad no son nuevos. En enero de 2014, Mónica Spears -ex Miss Venezuela-, junto a su esposo, se trasladaba por el sector el Cambur en la autopista Valencia-Puerto Cabello, cuando se descompuso su vehículo por lo que debieron detenerse en el lugar. Al ser auxiliado por una grúa, fueron atacados por una banda de delincuentes, causándole la muerte en el sitio e hiriendo a su niña de cuatro años. Este caso consternó a la opinión pública y visibilizó los riesgos de ser asaltados al transitar por las autopistas y carreteras en la región.

Los sucesos en esta vía fueron una constante en el 2020, como se evidencia en los hechos de violencia reseñados en los medios de prensa locales durante este año. Entre los reportes, destaca el asesinato de un hombre de 36 años en el mes de junio, cuyo cuerpo fue encontrado por el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalística (CICPC) en el kilómetro 185 de la autopista, sentido Puerto Cabello-Valencia. Según las versiones, luego de asesinarlo los delincuentes lo despojaron de sus pertenencias y motocicleta.

En octubre de ese mismo año, el General de Brigada Sergio Negrín Alvarado, Jefe del Estado Mayor del Zodi Zulia, acompañado de otro efectivo militar, fueron asesinados de múltiples disparos con armas de alto calibre en la autopista Cimarrón Andresote, a la altura del sector Alpargatón en el municipio Juan José Mora. Las investigaciones preliminares determinaron que cuando se desplazaban por la vía se consiguieron unos obstáculos que les obligaron a detener el vehículo y en ese momento fueron interceptados por sujetos desconocidos quienes les propinaron varios disparos.

En el último mes del año hubo una escalada de violencia en diferentes fechas, autopistas y carreteras de la entidad. Las bandas delincuenciales se dedicaron al robo de quienes se trasladaban en carros particulares, autobuses o camioneticas. El 3 de diciembre, resultaron heridos por arma de fuego dos médicos del Hospital Central de Maracay en un ataque al autobús en el que se trasladaban, en el sector La Guaricha de la carretera Panamericana en el municipio Diego Ibarra. Los delincuentes pretendían robar la unidad de transporte y dispararon para que se detuviera, pero el chofer logró evadir el asalto.

El 23 de diciembre, el diario “El Carabobeño” reseñó lo que algunos calificaron como una “madrugada de terror” para los usuarios de la autopista Valencia- Güigüe. Miembros de una banda que opera en la zona, portando armas de fuego, instalaron una alcabala frente a la empresa Agropatria y allí robaron a todo el que pasaba por el lugar. Cerca de las 5:00 de la mañana, asesinaron a un Sargento Segundo del Ejército e hirieron a dos de sus acompañantes, cuando aumentó la velocidad en un intento de huir.

Dos horas más tarde, en la misma zona, circulaba un ex funcionario de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), quien aceleró su vehículo al percatarse de lo que ocurría. Sin embargo, no tuvo éxito en su plan pues fue alcanzado por varios disparos que le produjeron la muerte. Dos homicidios, dos heridos y varias víctimas de robo en un mismo lugar, con pocas horas de diferencia, sin la asistencia o protección de los cuerpos de seguridad del Estado. Ésta es una clara muestra de la vulnerabilidad e indefensión de los ciudadanos que se desplazan por la entidad carabobeña.

Equipo del Observatorio Venezolano de Violencia en Carabobo (OVV Carabobo)