Prensa OVV Zulia

Durante el año 2021, en lo que concierne a la extorsión con lanzamientos de granadas, se presentaron ocho casos, mientras que, en 2022, resultaron 12, o sea 4 más. Es decir, hubo un incremento interanual del 33% y prácticamente uno por mes.

Para Jorge Govea Cabrera, coordinador del Observatorio Venezolano de Violencia en el Zulia, (OVV Zulia) entre las particularidades que más resaltan en materia de dinámicas de violencias en este estado, se encuentra la extorsión, la cual lejos de resolverse, se intensifica, convirtiéndose nuevamente en un seria amenaza a la seguridad ciudadana, continuando una línea ascendente que viene de años anteriores.

Además espacialmente, la mayor incidencia de este delito en el 2022 se hizo sentir en la ciudad de Maracaibo, capital del estado y municipio del mismo nombre con 6 casos, seguido del Municipio Lagunillas, cuya capital es Ciudad Ojeda, con 3 casos.

2023: mal inicio

Según Jorge Govea, este año 2023, que apenas está iniciando, ha puesto de manifiesto que los delitos de extorsión han venido imponiéndose en la región siguiendo la frecuencia y hasta aumentándola, en comparación con el 2022.

Así tenemos que el inicio de 2023 no fue nada alentador para el Zulia – insistió Govea Cabrera- quien refirió que el 5 de enero se conoció el caso del asesinato en un bote frente al pueblo de Barranquitas, puerto pesquero ubicado a las orillas del Lago de Maracaibo, en el municipio Rosario de Perijá, de tres pescadores, a manos de bandas extorsivas que llegaron, cual piratas, a operar en dichas zonas lacustres. Esas organizaciones delictivas propalaron antes amenazas hacia esos trabajadores de la pesca y como estos no pagaron la llamada “vacuna”, procedieron a dispararles y a lanzarlos al agua.

La misma tarde de ese jueves 5 de enero un artefacto explosivo fue arrojado contra el establecimiento comercial La Oriental, ubicado por los fondos del Terminal de Pasajeros de Maracaibo, en el centro de la ciudad, pero afortunadamente no llegó a detonar.

De igual forma, el 11 de enero asesinaron a un conductor de autobús de 47 años, por no ceder a la extorsión. Cubría habitualmente la ruta Maracaibo – La Cañada de Urdaneta y viceversa. El asesinato se perpetró a la altura del barrio Negro Primero, municipio San Francisco. El delincuente subió a la unidad autobusera como pasajero y le dio muerte al chofer con dos tiros en la cabeza, eso sucedió minutos después.

“El 9 de febrero, amanecimos con la terrible noticia que nuevamente un conocido centro de salud, ubicado en Maracaibo fue atacado. Se conoció, que varios hombres lanzaron una granada y dispararon contra la fachada de la Sala de Emergencia del Centro Médico Paraíso. El hecho se registró aproximadamente a las 3:00 a.m. No hubo víctimas, pero sí algunas pérdidas materiales como la destrucción de la puerta principal del área señalada. Mientras que otra puerta más pequeña, denominada como “área pre-quirúrgica”, recibió al menos cuatro impactos de bala. Éste es el tercer ataque que recibe este centro asistencial. En 2020 fue blanco de dos atentados más”, relató el coordinador del OVV Zulia.

Explicó Govea que a todos los casos anteriores se aúna que algunas bandas delictivas de extorsionadores en la Costa Oriental del Lago (COL), están utilizando el envío de coronas de flores fúnebres a las personas y familias que están siendo presionadas para pagar la extorsión. “Es toda una simbología macabra de la muerte que sobrevendrá de no avenirse los extorsionados con las cantidades de dinero en divisa americana solicitadas”.

¿Qué explica el aumento de las extorsiones?

Para el coordinador del OVV Zulia, para tratar de comprender ese aumento en las extorsiones en lo que va de 2023, las hipótesis son variadas y del siguiente tenor:

  1. La crisis económica que se venía arrastrando desde hace varios años se ha profundizado aún más y a una velocidad impresionante.
  2. La dolarización de facto es un hecho real y masivo en las transacciones económicas que se realizan en el estado. El dólar es cada vez más usado por la ciudadanía y los delincuentes van tras él.
  3. Los cuerpos policiales no hacen seguimiento, estudios ni planes para atender la emergencia en materia de seguridad ciudadana que representa un delito tan frecuente y extendido como la extorsión en la región zuliana.
  4. Renuncias continuas de funcionarios en las todas las fuerzas policiales dadas las precarias condiciones de trabajo y los bajos salarios.
  5. Algunos funcionarios han sido corrompidos por las bandas delictivas. Hay un caso de dos agentes policiales que se prestaban para resguardar y trasladar las armas y explosivos de los delincuentes extorsionistas, de un lado a otro, o donde se le necesitaran, en vehículos oficiales de la policía. Fueron descubiertos y hoy están presos y se le sigue juicio en los tribunales penales del estado.
  6. El contrabando de armas de fuego de todo tipo y calibre, así como de granadas desde países fronterizos es un negocio muy lucrativo. Y permite que las organizaciones delictivas tengan un poder de fuego real.

Para Govea, los pescadores del Lago de Maracaibo, comerciantes, empresarios de todos los sectores, dueños de unidades de producción agropecuarias, centro de salud privados y la ciudadanía en general están en riesgo, pues en el Zulia, la delincuencia se ha venido estructurando y consolidando cada vez más alrededor del cometimiento del delito de extorsión.

Concluyó Govea Cabrera, asegurando, que lo que ha acontecido desde el 2019 hasta este 2023 en materia de extorsión con la modalidad de colocación de artefactos explosivos en clínicas, viviendas y comercios, es una muestra de la ausencia de políticas gubernamentales que den una respuesta categórica a esta situación, que como se ve, se ha intensificado y convertido en principal actividad delictiva en el Zulia, ya que es una problemática que amerita una respuesta inmediata por parte de los organismos policiales competentes. “Sin embargo, la realidad nos está mostrando que su continuidad no tiene mayor contención en el estado, y eso un hecho muy preocupante para las familias zulianas”.