El Nacional
Natalia Matamoros | nmatamoros@el-nacional.com

Desde hace dos años no pasa una patrulla policial por La Veraniega, un sector popular de Ocumare del Tuy.

Los funcionarios no se atreven a entrar porque es una zona de paz y eso significa que está a merced de grupos que controlan los movimientos de sus habitantes. Ellos no salen con frecuencia, viven en un permanente toque de queda.

A las 6:00 pm las puertas de las viviendas están cerradas y cuando escuchan disparos buscan refugio aunque sea debajo de la cama. Los pocos que se atreven a hablar comentan que tienen miedo.

Las bandas del Sabandija y la del Viejo Cheo son las responsables de que los vecinos vivan en zozobra. Los integrantes de ambos grupos se enfrentaron a tiros por ese territorio. El resultado de ese combate fue ocho hombres muertos, hallados el pasado fin de semana por los residentes en el río Tuy. Los cuerpos estaban tiroteados y sin camisas.

A raíz de este episodio, algunos vecinos han optado por no llevar a sus hijos a clases por seguridad. Ese es el caso de Marieli Trujillo. Ella tiene inscritos a sus dos pequeños en un colegio del sector Pampero y no los ha llevado porque, como muchas madres, no quiere exponerlos. “Aquí la tranquilidad se acabó. Vivimos en una zona de guerra, a merced de estas bandas. No permiten que vivan funcionarios policiales y sacan a todo aquel que los denuncie. Ellos mandan sus emisarios a sembrar el caos en las colas de los supermercados para distraer a la policía, mientras planifican atentados contra sus rivales para adueñarse del sector.

También les cobran 30.000 bolívares a los comerciantes por dejarlos vender en el centro de Ocumare”, explicó la mujer.

Las guerras entre esas organizaciones, consideradas megabandas, se han extendido por 80% del municipio Tomás Lander.

En lo que va de año, al menos 35 hombres murieron en confrontaciones entre grupos rivales, de acuerdo con fuentes policiales. 80% de estos crímenes ocurrieron en 7 de las 18 zonas de paz existentes en la jurisdicción. En enero de este año también se suscitó un conflicto armado entre seguidores del Sabandija y delViejo Cheo por el control de San Bernardo. Fueron 15 días de tiroteos. No se permitió el paso de autobuses ni hubo clases en la zona.

Una situación similar ocurre en el sector El Piloncito.

De acuerdo con Manuel Piñero, vecino de la zona, la banda de Pueblo Nuevo, cuyos integrantes aseguran formar parte de un colectivo por la paz, se apoderó de esa región.

Ellos quemaron tres viviendas de los familiares de una banda rival hace dos meses.

Aunque se han instalado mesas de seguridad, la comunidad no se atreve a denunciar por temor a represalias.

Policías espantados. Los cuerpos policiales no intervienen.

Las cinco etapas de Betania V, un complejo residencial de la Misión Vivienda habitado por 9.000 familias en la entrada de Ocumare del Tuy, fueron tomadas por una organización que se hace llamar Colectivo por la Paz de Betania. La megabanda tiene fusiles y equipos de radiotransmisión para controlar quién entra y sale del urbanismo. No permite que otro grupo delictivo ingrese y si lo hace le declara la guerra, cuentan. El 20 de marzo corrieron a dos funcionarios de Polimiranda que custodiaban a una pareja que estaba detenida bajo la modalidad de casa por cárcel.

“Estamos protegidos por el gobierno, pregúntale al ministro González quién es el Yorman”, le dijo uno de los hombres a los agentes, refieren. A ellos les obligaron a entregar sus armas, pero se opusieron.

Por fortuna no les dispararon y dejaron que los uniformados se marcharan.

Este grupo también le pidió a una asociación de conductores que tenía la intención de prestar servicio en la zona una vacuna de 10.000 bolívares para dejarla operar, pero los miembros de la línea en proceso de formación prefirieron no circular por el lugar.