Cambio 16
José Ricardo Calvo

La crisis humanitaria en Venezuela tiene numerosas y lamentables aristas. Desde cualquier ángulo que se le mire, el régimen de Nicolás Maduro ha incurrido en numerosas violaciones de Derechos Humanos por acción u omisión. La violencia ha sido una constante en el país.

Desde el Gobierno chavista se ha querido acusar a agentes externos y conspirativos por la crisis, sin embargo, esta obedece a un deterioro del Estado de derecho que viene gestándose desde hace 20 años, con políticas erradas y una debacle nacional que ha generado sufrimiento y muerte en la población.

Entre las víctimas de la emergencia nacional se encuentran los niños, niñas y adolescentes, quienes han visto cómo sus derechos y condiciones de vida han sido vulnerados y violados por el Estado venezolano.

Uno de los principales y más preocupantes apartados en la violencia en Venezuela, es el agravamiento de las muertes de niños, niñas y adolescentes.

1.484 niños asesinados en 2018

El Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) presentó un informe en donde se revela la dramática situación que viven los jóvenes venezolanos a través de las muertes violentas ocurridas en el año 2018.

En Venezuela, 81,4 personas por cada 100.000 habitantes fallecieron de manera violenta en el 2018, dejando 23.034 fallecidos en tan solo un año, colocando al país suramericano en el primer lugar en el mundo en cuanto a muertes violentas se trata.

De esas 23.034 personas asesinadas, 1.484 fueron niños, niñas y adolescentes. A su vez, esa cifra se divide en 174 de niños muertos y 1.310 adolescentes asesinados, es decir, unas cuatro por día.

Negligencia y brutalidad policial

Uno de los aspectos mas preocupantes del informe, es el de las muertes catalogadas como de “resistencia a la autoridad”. En el 2018, esta cifra -dentro de los 1.484 asesinados- se ubicó en 287 asesinatos por resistencia policial, duplicando la del año 2017, que fue de 108 casos.

De esta manera, es evidente que la actuación policial desmedida contra niños, niñas y adolescentes ha aumentado de manera exponencial. En el país existe la Ley de Actuación Policial, que controla la actuación de las autoridades contra menores de edad. Los agentes de seguridad parecen ignorarlas.

Dentro de este renglón, 256 víctimas del total de 287 fueron varones, mientras que 30 fueron niñas. Roberto Briceño León, director del OVV, afirma que “las víctimas por resistencia a la autoridad se incrementaron en un 267% en niños, niñas y adolescentes”. Una de cada tres víctimas se produjeron por acción policial.

“La actuación policial en contra de menores ha sido deliberada y violenta por parte de las autoridades”, agregó Briceño León.

Violencia como política del Estado venezolano

Además, dentro de estas cifras destacan también muertes de menores de edad durante las protestas sociales y políticas que se han llevado a cabo por la crisis.

Durante el 2018, por lo menos cinco menores de edad fueron asesinados durante manifestaciones por falta de agua, gas y comida, todos por balas de fuego. En el 2019, durante las protestas en contra del Gobierno fueron asesinados tres adolescentes en distintas ciudades de Venezuela.

Por otra parte, el Gobierno intenta maquillar las cifras de las ONG adjudicando las muertes como “resistencia a la autoridad”, utilizando frases como “dados de baja”.

Briceño León deja la pregunta al aire: “¿Cómo niños y niñas pueden representar un peligro enorme a funcionarios equipados y entrenados con armas largas y equipos de protección especial?”.

Crisis humanitaria como catalizador de la violencia

El contexto crítico de Venezuela incide directa y dramáticamente en la situación violenta contra niños, niñas y adolescentes. La violencia estructural ejercida por el régimen madurista ha provocado numerosos fenómenos que atentan contra los derechos humanos de todos los venezolanos, pero principalmente en contra de la población más vulnerable.

Una gran cantidad de jóvenes venezolanos se han quedado solos porque sus padres se han visto obligados a emigrar para conseguir algo de dinero en el exterior. Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) la cifra de migrantes venezolanos se elevaba a 3,4 millones a principios de año. La Organización Internacional para las Migraciones, por su parte, calcula que 5.000 venezolanos huyen del país a diario.

Muchos de estos niños, que viven desamparados o con vecinos y otros familiares, dejan de asistir a la escuela y quedan a merced de bandas criminales que los adoptan a cambio de comida y otros bienes de primera necesidad.