Prensa OVV Lara

La crisis en la institucionalidad en Venezuela, que se expresa en altos índices de impunidad y una precaria proporcionalidad en la administración del castigo, además del contexto de violencia estructural que define a un número importante de los hogares en el país, ha generado el aumento de la saña en la comisión de delitos.

Durante noviembre se registraron 11 hechos violentos en el estado Lara, que incluyen dos muertes por presunto enfrentamiento policial y un feminicidio. De igual forma, el Observatorio Venezolano de Violencia en Lara (OVV Lara), registró abusos sexuales a menores de edad.

Dos hombres fallecieron al presuntamente enfrentarse a funcionarios de organismos de seguridad del Estado. Uno perdió la vida en la comunidad Villa Productiva de la parroquia Ana Soto, al oeste de Barquisimeto, tras, presuntamente, batirse a tiros con efectivos de la Dirección Contra la Delincuencia Organizada (DCDO) de la Policía Nacional Bolivariana (PNB). El otro caso se registró en la parroquia Santa Rosa de la misma ciudad, cuando, según la versión oficial, el delincuente abrió fuego contra unos policías que le pidieron su cédula de identidad.

El OVV Lara documentó dos casos de abuso sexual a menores de edad, que fueron atendidos en el Hospital Pediátrico Agustín Zubillaga de Barquisimeto. Un niño de 3 años, presuntamente violado en la parroquia Santa Rosa del municipio Iribarren, por el padrastro de su madre; y una niña de 9 años, al parecer ultrajada por un primo de 18 años, en el sector El Malecón de la capital del estado.

Además de lo descrito, en Lara se contabilizó el homicidio de un hombre de 45 años en el municipio Torres. El hecho ocurrió en horas de la tarde, mientras la víctima compartía con familiares cerca de su residencia en Carora. De pronto apareció un grupo de sujetos armados que le disparó varias veces al cuerpo, incluyendo al rostro. El reporte policial indica que posiblemente se trate de un ajuste de cuentas entre delincuentes.

El 4 de noviembre ocurrió un suceso que conmocionó al país, una mujer de 34 años que había retornado a Venezuela desde Chile, fue asesinada por su exesposo, un comerciante que se suicidó en presencia de sus tres hijas menores de edad tras cometer el crimen contra su madre. La víctima, que infructuosamente pidió protección policial antes de ir al encuentro con el hombre, había sido amenazada reiteradamente por su agresor, que le advirtió que mataría a las niñas si no regresaba a su apartamento en Barquisimeto.

La crisis en la institucionalidad en Venezuela, que se expresa en altos índices de impunidad y una precaria proporcionalidad en la administración del castigo, además del contexto de violencia estructural que define a un número importante de los hogares en el país, ha generado el aumento de la saña en la comisión de delitos.

De manera deliberada, los victimarios aumentan el mal del delito de forma deliberada, agravando los daños en la victima y sus familiares.

Si bien, la propia emergencia compleja, desinfló los factores desencadenantes de la violencia en Venezuela, se observa que aquellos que efectivamente se siguen cometiendo, se producen con mayores niveles de ensañamiento y crueldad, en un entorno que sigue estando definido por la injusticia y la ausencia del Estado en la protección de los grupos vulnerables y la prevención del delito.