Adriana Chirinos Castro

8 de noviembre 2013

Expertos afirman que la impunidad en Venezuela es la principal causante de que criminales avancen

El 8 de enero un homicidio oscureció al sector educativo venezolano cuando desde el segundo piso del liceo Andrés Bello estudiantes le dispararon a Michelle Andrea Buraglia, de 16 años de edad, mientras asistía a su clase de educación física. Murió en el mismo plantel al que acudió con la meta forjarse un futuro mejor.

Lugares que hasta hace poco eran considerados insólitos o inusuales para ser víctimas de algún delito, hoy son escenarios cada vez más frecuentes no solamente de robos y hurtos sino de lesiones a personas, secuestros y hasta homicidios. En la listas de locaciones se incluyen iglesias, universidades, liceos, canchas deportivas y parques, supermercados, estaciones del Metro, hospitales, aeropuertos e inclusive hoteles.

“Lamentablemente ya no hay lugar seguro en el país. Tristemente todos los sitios son susceptibles del delito y del riesgo de ser víctimas. En todas partes hay que estar alerta”, aseguró el sociólogo Roberto Briceño León.

El martes 5 de enero en la madrugada dos delincuentes golpearon brutalmente al párroco de la iglesia San Martín de Porres, en la UD2 de Caricuao, mientras intentaban ingresar a robar. El cura Marcos Rovayo, de 80 años de edad, y su sobrina tuvieron que tocar las campanas para alertar a los vecinos y espantar a los maleantes. En 2012 los robaron 12 veces.

El caso de la iglesia de Caricuao ha sido solamente uno de los delitos denunciados recientemente en recintos religiosos. El 22 de septiembre robaron la iglesia Caridad del Cobre, en Santa Paula, después de que terminó la misa del día. Golpearon y sometieron al padre Manuel Díaz. En otros templos del interior del país se han reportado robos masivos durante las celebraciones eucarísticas de los domingos.

En la medida en que ocurren crímenes que quedan impunes, los delincuentes siguen avanzando hacia lugares que antes eran insólitos, coinciden el criminólogo Luis Izquiel y Briceño León.

“Eso hace que ocurran robos en iglesias, que asalten en el VIP del aeropuerto de Barquisimeto o en el VIP del Estadio Universitario, salones de clases, cines, sitios donde a nadie se le ocurriría que podría ser víctima del hampa”, agregó Izquiel, quien especificó que el índice de impunidad es de 98% cuando hace algunos años era de 92%.

El hampa en la universidad

El 21 de octubre secuestraron a una estudiante dentro de las instalaciones de la UCAB cuando iba hacia su vehículo. La obligaron a ir a su casa y robaron objetos de valor en el lugar.

Siete días antes, en el Núcleo de Anzoátegui de la Universidad de Oriente, le dispararon a María Aguirre, estudiante de Medicina, para robarla y tal acción generó protestas de la comunidad de esa casa de estudios.

“En la teoría de la oportunidad del delito hay varios componentes: un delincuente motivado a cometer el delito y una oportunidad que viene dada por el descuido o la carencia de protección. En esos lugares se les presenta a los delincuentes una ocasión por ser considerados sitios seguros”, dijo Briceño León.

Uno de los crímenes que convulsionó a la comunidad de la salud fue el homicidio de la enfermera Milagros Vidalina Franco Peralta, de 51 años de edad, el martes 20 de agosto en la maternidad Concepción Palacios. Dos pacientes la golpearon, la lanzaron contra un vidrio y posteriormente contra unas escaleras.

El 14 de octubre los médicos del Hospital Vargas protestaron porque un grupo de integrantes de un colectivo ingresó por la fuerza –encapuchados y con armas de fuego– al centro asistencial y los amedrentó para que atendieran a dos pacientes que ellos habían llevado. Si continúa el sistema de justicia politizado y la impunidad van a seguir llevando los delincuentes a esos lugares, considerados seguros, lamentó Izquiel, quien aseguró que los venezolanos viven diariamente un toque de queda debido a la inseguridad cuyo costo social es altísimo porque ahora las personas viven en el país con la duda de tener a algún delincuente sentado al lado en una misa, o que alguna persona que está accidentada puede estar fingiendo para robar, analiza Briceño León.

“Afecta la tranquilidad, la solidaridad humana, el ámbito social y económico”, dijo.

Medidas policiales. Los fines de semana, cuando las iglesias son más concurridas o cuando los párrocos informan de grandes actividades, Polibaruta refuerza la presencia policial en los alrededores, dijo Manuel Tangir, director de Seguridad del cuerpo municipal.

En Chacao han reforzado el patrullaje en las zonas de los colegios en los que han denunciado robos en las horas de entrada y salida de los estudiantes, aseguró Rubel Vásquez, director de Operaciones de Polichacao.

Algunos registros

  • En 2012 fueron reportados siete robos o hurtos a templos en Caracas. En la mayoría de los sucesos los delincuentes buscaban el dinero depositado en las alcancías o el diezmo.
  • En marzo, en una misma semana, dos iglesias de Caracas fueron robadas. Del Santuario Nacional Expiatorio de la plaza La Concordia, en Libertador, se llevaron el equipo de sonido, el dinero y las prendas colocadas en retribución a las promesas para Nuestra Señora de la Coromoto, mientras que del templo Nuestra Señora del Rosario, ubicado frente a la plaza Bolívar, en Baruta, se llevaron bienes valorados en 18.000 bolívares.
  • Siete delitos al día se registran en el Metro de Caracas, según la ONG Familia Metro, entre los que destacan los hurtos y robos.
  • Cinco casos de hurtos se han registrado en el Preescolar Ninfa Molina Ortiz, en Chacao. En otros cinco colegios se han generado robos, según datos de la Policía Municipal.
  • 10 celulares y una cadena fueron robados de feligreses de la iglesia Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, en Campo Alegre, Chacao, el 30 de octubre a las 6:40 de la tarde cuando 3 hombres con armas de fuego ingresaron y huyeron en varias motos.

Recomendaciones

  • Estar alerta ante toda circunstancia.
  • No exhibir objetos de valor ni descuidar las pertenencias.
  • Crear redes de cooperación entre conocidos que frecuenten habitualmente el lugar.