Prensa OVV Aragua

De octubre 2018 a mayo 2019 se han registrado 727 homicidios en Aragua. El monitoreo de prensa que lleva el OVV Aragua reporta esas muertes en el marco de 553 sucesos violentos, de los cuales solo 45 (8,13%) han sido denunciados ante las autoridades.

Según el monitoreo, la violencia delincuencial es la más frecuente con un reporte de 44,48%, mientras que la violencia policial alcanza 39,42%. Los otros tipos de violencia, la intrafamiliar, la de género y la política, tienen muy bajos porcentajes de ocurrencia, 2,17%, 1,81% y 0,18%, respectivamente, aunque son los casos más denunciados.

Señala el OVV Aragua que los informantes coinciden en afirmar que los casos de violencia policial y delincuencial, aunque los más frecuentes, son los que menos se denuncian “por temor a las represalias contra los familiares”.

Violencia policial

En relación a la violencia policial, los informantes de ocho comunidades violentas de los cuatro municipios del área metropolitana de Maracay coinciden en afirmar que cuando el suceso de violencia policial ocurre dentro o cerca de la casa de la víctima, los familiares son intimidados con insultos, maltratos y amenazas. Incluso los funcionarios llegan al extremo de sembrarles evidencias y meterlos presos para neutralizarlos, cuando los familiares directos se muestran indignados e inconformes y exigen justicia ante los atropellos que se dan en estos operativos.

Por otra parte, también denuncian que cuando las víctimas son ex presidiarios que gozan de libertad plena, aun cuando estén tratando de reintegrarse a la sociedad, son perseguidos y asesinados por los cuerpos de exterminios, sin tener los familiares ninguna oportunidad de denunciar el abuso policial, ya que en ninguna instancia les toman la denuncia porque están etiquetados como delincuentes.

Violencia delincuencial

La no denuncia de la mayoría de los casos de la violencia delincuencial se debe al terror que sienten los familiares de las víctimas cuando ocurren dentro de los llamados Cuadrantes de Paz. Allí, según han reportado los residentes de los cuatro municipios estudiados, las personas se sienten permanentemente vigilados por los líderes negativos, aunque no saben exactamente a través de quien, lo que los hace vivir en un estado de zozobra y miedo permanente, que los lleva a evitar a toda costa hablar del tema y a disminuir, incluso, su tono de voz hasta dentro de su vivienda. Por lo tanto, se les hace impensable denunciar.