El Impulso
Por: Mariana Meléndez
Edición: Ángel García

Abril 12, 2016

En Venezuela, los linchamientos dejaron de estar reservados para quienes cometían crímenes horribles; se ha empezado a linchar a cualquier delincuente y eso corresponde al nivel de hastío y de desprotección que tienen los ciudadanos.

Así lo manifestó del director del Observatorio Venezolano de Violencia Roberto Briceño León, en entrevista concedida a elimpulso.com

En este sentido, el experto señala que estudios realizados han demostrado que un 32 a 34% de las personas no justifican los linchamientos en ningún caso. Sin embargo, llama la atención que un 60% justifican esta acción violenta, según argumentan, debido a la gravedad del delito y el temor a un nuevo ataque de los delincuentes.

Planes sin resultados

El también profesor universitario explica que las políticas públicas se miden por sus resultados y en el caso de los planes de seguridad instaurados por el Gobierno, estos no son alentadores.

“¿Por qué no han funcionado los planes de seguridad?, no es fácil de saber porque nunca se hizo una evaluación” precisó. Aún así, el error conceptual básico reside en solo hacer una política de prevención y no un componente de aplicación y refuerzo de la ley.

“Parte de esa concepción equivocada de los planes de seguridad es que el delito y la violencia tienen su origen en la pobreza y la lucha de clases. Entonces, en medio de eso, la violencia aparece como una herramienta de la lucha de clases y la lucha política de cambio social (…) Y en ese contexto, la ‘revolución’ que era ‘pacífica pero armada’ podía contar con algunos apoyos alrededor de eso”.

Asedio a los policías

En el área metropolitana de Caracas se registraron 2.8 policías asesinados por semana, en 2015, cifra muy alta según declaró Briceño León. “Los policías se sienten desprotegidos y han visto a sus compañeros morir asesinados, lo cual ha impulsado los enfrentamientos entre antisociales y funcionarios de seguridad”.

Las bandas organizadas se han visto acosadas por los policías y han roto los pactos con los propios efectivos; así, el delito ha respondido y ha hecho retroceder a la autoridad. Por ende, el clima de conflictividad ha aumentado y, a juicio del especialista, lo que se vive en Venezuela es una guerra hacia los policías, consecuencia de no haber hecho nada en el pasado.

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